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Posicionamiento: 5 claves para alinear lo que decimos con lo que hacemos

  • Foto del escritor: Natalia Kaposvari
    Natalia Kaposvari
  • 18 jul 2024
  • 3 Min. de lectura

Quienes tienen la responsabilidad formal de comunicar hacia adentro y fuera de la organización, muchas veces caen en la vorágine del día a día, dedicando mucho de su tiempo y energía en resolver problemas y cumplir con tareas urgentes e imprevistas.


El hecho de correr en pos del logro de objetivos de corto plazo, nos quita a veces la mirada estratégica en cada cosa que hacemos. Y es posible que algunas de las decisiones que tomamos se alejen progresivamente del posicionamiento definido.


El impacto probablemente no se perciba en el corto plazo. Pero cada decisión mal tomada, va generando de a poco un posicionamiento cada vez más difuso y confuso.


Lente de cámaraá de fotos para hacer foco en una imagen distante
Foco

¿Cómo hacer entonces para no tomar el rumbo equivocado? ¿Cómo hacer para ser fieles a la razón de ser de la marca, a cómo queremos que nos vean y perciban nuestros clientes o consumidores?


Aquí van 5 ideas guía para alinear las acciones del día a día con el posicionamiento definido:


1. ¿Está realmente claro el posicionamiento?


Es fundamental tener a flor de piel el posicionamiento de nuestra marca. Debería ser parte del aire que uno respira, parte de cada conversación con compañeros de trabajo, con proveedores, con el propio equipo, con el cliente, con los potenciales clientes.


El posicionamiento es la identidad de una marca, producto o servicio. Es lo que la diferencia del resto y la hace reconocible y elegible. Como consumidor o cliente, ya sé qué esperar.


El posicionamiento está íntimamente relacionado con la misión y por eso su definición y transmisión dentro de una organización es responsabilidad de sus máximos ejecutivos, es decir, su fundador o CEO, sumando las miradas del equipo de liderazgo, sobre todo de profesionales de comunicación que ayudan a darle forma y capacidad de impacto a la visión original.


2. Todos comunican


Desde el personal de recepción, pasando por un ejecutivo de cuentas, hasta el packaging de un producto o la presentación de un informe. Todo suma en la mente del cliente a la imagen que se va formando de una marca.


Por eso es importante que todos los integrantes de la organización conozcan y vivan los elementos básicos y fundamentales del posicionamiento y de los valores detrás de una marca y sepan cómo comunicarlos de la forma más sencilla y genuina posible.


Para eso es fundamental contar con un Brand Book o guía de marca en donde no sólo estén los conceptos asociados al logo, elementos marcados y su aplicación, sino también, los lineamientos asociados al posicionamiento, el quiénes somos, los valores, y las personalidad de la marca. La existencia de un Brand Book bien hecho, no garantiza que todos conozcan el posicionamiento. Es preciso darle vida a través de la comunicación interna, materiales comerciales, presentación institucional, etc.


3. Cada decisión refuerza o destruye


Cada área tiene sus propios objetivos y responsabilidades, y muchas veces por el mero hecho de cumplir esos objetivos, se generan acciones que impactan negativamente en el posicionamiento.


Ejemplos de esto pueden ser un lanzamiento de producto, una presentación en un evento externo, e incluso una respuesta a un mail de un cliente sobre el uso de nuestra marca.


Es importante generar alguna instancia de consenso previa entre quienes realizan estas acciones y quien tiene la responsabilidad por el cuidado de la marca.


4. A quién le hablamos y para qué


Cuando pensamos en posicionamiento, inmediatamente pensamos en cuál es nuestro público. Pero dependiendo de la actividad o industria, los públicos pueden ser diversos según los objetivos de posicionamiento.


Un potencial cliente puede tener un perfil, pero un influenciador en la decisión de compra o contratación, puede ser muy diferente. Por eso es muy importante tener en claro a quién nos estamos dirigiendo con cada acción y cuáles son los canales y la forma más apropiada de hacerlo.


5. ¿Lo estamos haciendo bien?


Medir es fundamental para entender si estamos haciendo las cosas bien. En el caso del posicionamiento, pueden ayudar las encuestas de satisfacción de clientes o una encuesta específica sobre cómo nos ven nuestros clientes e incluso potenciales clientes. La medición del brand awareness es otra herramienta más específica para medir esto, aunque implica otra nivel de inversión.


Alinear lo que decimos con lo que hacemos es esencial para mantener un posicionamiento sólido y coherente en el mercado. Cada acción y decisión que tomamos tiene un impacto directo en cómo nos perciben nuestros clientes y consumidores. Por eso, es crucial que el posicionamiento sea una guía constante en todas nuestras actividades diarias. Al tener claro nuestro posicionamiento, comunicarlo efectivamente a todos los niveles de la organización, y asegurarnos de que cada decisión refuerce esa imagen, podremos construir una marca fuerte y confiable.


¿Necesitas ayuda para alinear tu estrategia de marketing con el posicionamiento de tu marca? En Casiopea te ayudamos a definir y comunicar tu identidad de manera de manera coherente y efectiva.

 
 
 

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